MUMBLECORE: Movimiento cinematográfico que nace en el seno del cine independiente americano. Las películas se caracterizan por ser de muy bajo presupuesto, girando en torno al drama-comedia. Suelen estar rodadas en digital, y ubicadas en Estados Unidos.
SEC 1 / BARRIO. EXT. TARDE.
Dos amigos. Dos amantes desde la última vez que se vieron.
Se encuentran en la calle y se saludan con la mano cordialmente, en esa zona no
puede haber más afecto entre dos hombres. Ambos visten de manera informal. Uno
más desenfadado que el otro. La tensión sexual se hace evidente. Se miran una y
otra vez como si fuera la primera vez que se ven y sonríen, se sonríen mucho el
uno al otro.
ÉL (1): ¿Qué ocurre?
ÉL (2): Nada,
nada. Sólo pensaba.
ÉL (1): Siempre
piensas.
ÉL (2): Sí,
siempre tengo a los enanitos trabajando.
ÉL (1): Creí
que habíamos quedado que ambos odiábamos los cuentos de hadas.
ÉL (2): Y
los odiamos, aunque también me dijiste que en cierto modo te gustaba creer en
ellos… ¿Dónde vamos?
ÉL (1): Hacia
donde nos lleven nuestros pasos (estúpido piensa)
SEC. 2 / LOCALIZACIÓN INDEFINIDA EXT. TARDE.
La pareja sonriente pasea por la ciudad, ambos quieren demostrar que a pesar
del nerviosismo y de los lugares comunes que guían la conversación hay algo
más. La alergia de uno, el asma del otro, la capa de polen que cubre el suelo…
Discretas cogidas de mano y ligeros roces hacen que poco a poco se vaya
aligerando la tensión de los cinco minutos anteriores.
ÉL (2): Vamos
al bar al que me llevaste la primera vez.
Él (1): ¿A
la cervecería? Venga
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SEC. 3 / CERVECERÍA INT. TARDE
A esa hora casi no hay gente. La gente que frecuenta ese tipo
de bares todavía no ha salido de trabajar. La camarera les saluda, sólo
han estado allí un par de veces y pero ya les conoce. Antes de sentarse paran
en la barra. La decoración del bar es ecléctica, oscila entre el kitsch y
el rock. Pesadas mesas de madera oscura y la paredes repletas de fotografías,
anuncios vintage, carteles de conciertos pasados, fotografías de pin ups. La
única iluminación está tras la barra. Suficiente para dar luz e intimidad.
ÉL (1):
Ya sabes que la elección corre de tu cuenta.
ÉL (2): Me
dijiste que las cervezas tipo pilsener no te gustaban ¿no?
ÉL (1): No,
son pis de gato.
ÉL (2): Vale.
Pero no entiendo esa comparativa teniendo en cuenta lo loco que te vuelves cada
vez que vemos un gato por la calle.
ÉL (2): Ponme
dos… (ÉL (1) no sabe lo que ha pedido)
LA CAMARERA: ¿Te parece bien?
ÉL (2): Me
parece perfecto. Me gusta mucho la cerveza pero siempre voy a tiro fijo, así
que casi nunca experimento.
LA CAMARERA: Yo creo que esta te gustará. A casi todo el mundo le gusta.
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SEC. 4 / CERVECERÍA INT. TARDE.
La pareja ocupa la mesa de la vez anterior y se enrolla en una conversación
larguísima sobre su pasado reciente. Ambos están en un momento extraño, están
muy bien juntos pero hay obstáculos que habría que sortear y ninguno sabe qué
será de su futuro y tampoco se lo plantean. Simplemente el tiempo dirá.
Ha caído la cerveza y la pareja decide ir a tomar el aire. Ambos
coinciden en el placer que les produce pasear.
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SEC. 5 / PARQUE EXT. NOCHE.
La pareja ha recorrido la ciudad y ha terminado paseando por uno de los nuevos
parques que han construido a las afueras, árboles minúsculos, aparatos para que
los ancianos hagan ejercicio, flores y un falso arroyo que divide en dos el
paseo. No es demasiado tarde pero como ya se ha escondido el sol y ha caído el
calor pre estival andantes y corredores apuran hasta el último momento para
hacer sus ejercicios.
ÉL (1): No
sé que ha pasado en esta ciudad. Hay más gente en la cola de Decathlon que en
la de Mercadona.
ÉL (2): Es
cierto. A la gente le ha dado por la vida sana. ¿Sabes? Cuando viví en Alemania
mis compañeros de piso me decían que estaba loco porque aunque hiciera un frío
de mil demonios o lloviera o nevara yo salía todos los días a correr. Era el
único momento en que podía parar mi cabeza.
ÉL (1): Piensas
demasiado.
ÉL (2): Pues
como tú. Anda vamos a sentarnos que me duele la rodilla después del paseo que
me has dado. Elige un banco a mí me da igual.
ÉL (1): ¿Te
has dado cuenta que nunca improvisamos? Que siempre estamos eligiendo. ¿Nos
sentamos aquí?
ÉL (2): No…
Aquí hay mucha luz.
ÉL (1): Ves
como no te da igual. Venga que te llevo a lo oscuro.
La pareja se dirige al banco más oscuro que encuentra mientras
se da cuenta que un murciélago revolotea por allí.
ÉL (2): No
me gustan los murciélagos.
ÉL (1): A
mí sí. Todas las noches hay uno en la ventana de mi habitación. Me gustan los
murciélagos. Me gustan los vampiros.
El coqueteo ha dejado de ser discreto. ÉL (1) ya
no entrecierra los ojos cuando sonríe. Mira directamente a los ojos a ÉL
(2) y le pasa el brazo por detrás de la espalda, sobre el banco.
ÉL (2): Pero
los vampiros tipo Anne Rice o tipo Stephenie Meyer.
ÉL (1): No
sabría decirte. De Entrevista con el vampiro me gusto la película los libros me
parecen malísimos. No entiendo muy bien porqué la gente que entiende
de vampirología respeta tanto a Anne Rice, supongo que las traducciones al
castellano son malas. Sin embargo en Crepúsculo me hace gracia eso de que
se vuelvan de purpurina cuando les da el sol. En cualquier caso me quedo con Bram Stoker.
ÉL (2): Yo
leí Entrevista con el vampiro en inglés y es igual de malo. No te preocupes.
Silencio. Miradas y besos. Besos. Una miríada de besos por todas partes. Se
suben uno sobre el otro. Se tocan por todas partes. Sobran las gafas que salen
despedidas. Sobra la ropa y ÉL (1) se acuerda de su amiga y
del momento en el que le regaló ese pantalón vaquero que tan buen culo le hace
pero que tanto le aprieta la polla ahora. La pareja se devora sin importarle lo
que pueda pensar la gente que pasa a su alrededor. En la ciudad en la que los
maricas no se pueden mostrar ellos viven su emoción. Saben que les miran pero
les da igual. Ellos están tan entregados que los obstáculos del camino no
importan. Simplemente viven ese momento.
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SEC. 6 / PARQUE EXT. NOCHE.
La pareja se detiene un momento. Sus bocas están desolladas. Sus lenguas
agotadas. Sus cuellos vampirizados.
ÉL (1): Creo
que es hora de que te vaya llevando a casa Cenicienta. Van a dar las doce, tú
estás muy cansado y mañana tienes que trabajar.
ÉL (2): Me
quedaría aquí toda la noche. (Se abrazan) Contigo me pasa una cosa muy rara. Al
principio me corto, pero después me lo pones todo tan fácil que nunca te
soltaría. Si no fuera por lo que me pasa todo sería mucho más fácil.
Él (1): Que
tenga que ser yo el que ponga un poco de cordura…
ÉL (2): ¿Por
qué dices eso?
ÉL (1): Porque
en este último año no he parado de escuchar que soy un inconsciente. Pero da
igual. Vamos Cenicienta.
ÉL (2): Tienes
que dejar de creerte todo lo malo que dicen por ahí. Además por lo que veo y lo
que me cuentas eres un encanto. Y no vuelvas a decirme Cenicienta.
En ese momento ÉL (1) se acuerda de A. A. B. y M. las personas
que más se han hartado de decirle esas mismas palabras.
La pareja camina cogida de la mano de vez en cuando se para
besarse. A ÉL (1) se le antoja estar viviendo su pequeña película
indie. Y sonríe y le besa por hacerle sentir esa sensación de bienestar que
hacía tiempo había olvidado. Ha olvidado que fuma. Ha olvidado que hay basura
fuera de esa película. Por un momento su cabeza se ha detenido.
ÉL (1): Sé
que no te gustan los cumplidos. Que te ponen nervioso porque nunca sabes como
responder, pero consigues hacer que mi cabeza se detenga.
ÉL (2): No
me gustan los piropos porque sí. O sea, eso de que me digan Qué guapo eres, o
qué bueno… Pero que me digas eso me halaga la verdad y sobretodo después de
haberme contado lo que me has contado.
ÉL (1): Por un momento me he imaginado viviendo en una película de
esas tan modernas y tan pretenciosas en blanco y negro que tanto me gustan.
ÉL (2): (Rie)
¿Cómo me dijiste que se llamaban? y ¿Y qué y a quién tenía que ver?
ÉL (1): Mumblecore. Frances Ha. Greta Gerwing. Weekend.
Funny Ha Ha. Girls.
Lenna Dunham. Pero hay que ver primero a los padres de todos y todas ellas
John Cassavetes y Gena Rowlands y haz el favor de pararme porque como
empiece con disertaciones cinematográficas no vas a querer volver a verme en lo
que te queda de vida.
EL (2): (Le agarra por la espalda y le coge del cuello) ¡PARAAA!
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SEC 7 / BARRIO EXT. NOCHE.
La pareja llega a la casilla de salida y a ÉL (2) le cambia la
cara.
ÉL (1): (Sabiendo
la respuesta pregunta) ¿Qué te pasa? Te ha cambiado la cara de repente.
ÉL (2): Los
enanitos.
ÉL (1): Pues
deja a los enanitos trabajar, ya irán para un lado o para otro y no intentes
controlarlos. De momento ahora cuando llegues a casa, ponte el muro ese
del que me has hablado tantas veces y que tanta envidia me da y descansa.
ÉL (2): No
me puedo creer lo que me está pasando.
ÉL (1): ¿Qué
te está pasando? Dejémoslo para otro día así podré contarte más cosas. Ahora,
haz el favor de darme un empujón porque si no, no me iré nunca.
ÉL (1) le empuja al otro lado de la acera y su cara también cambia.
Apoya la cabeza en el poste de una señal de tráfico y le da pataditas con
las Converse azules. Le mira de reojo y sonríe melancólico. No sabe como
despedirse de esa tarde en la que viviría eternamente. ÉL (2) le
abraza y le besa en el cuello. ÉL (1) responde al abrazo y
entierra su cabeza entre su cuello y le vuelve a morder. Le marca.
Se despiden con un beso en la mejilla y ÉL (1) siente
que tal vez ese sea el mejor de todos los besos de la tarde.